Los huetares vivían en
ranchos rectangulares construidos de
hojas de caña, forrados de bambú, guarumo o
barro; disfrutaban de una dieta realizada a base de arroz, papas, yuca,
carne, maíz y frijoles; tejían sombreros de pita, petates de tule, canastas de
bejuco cucharilla; teñían las fibras con yuquilla y achotillo; al igual que
vestían vestidos de manta y respetaban el llevar algo rojo como símbolo de
suerte.[1].
Así mismo, poseían un
conocimiento intenso de las plantas medicinales; el empleo de ciertos
utensilios como la piedra de moler, trampas de caza y comidas, como el
chicasquil; la chicha; y la artesanía en fibra vegetal.[2]
En lo religioso la figura
del Chaman fue una figura muy importante, dadas sus características en el cuido
del alma, la enfermedad y la muerte.
Consideraban la enfermedad
como la equivalencia a la ausencia del alma; perdida o retenida en el mundo de
los difuntos, pero que no les ha llegado la hora de partir.[3], y su papel es el de servir de acompañante en el descenso a la
ultratumba, pero al tiempo desempeña el oficio de curandero en beneficio de los
contactos que mantiene con el hecho de la enfermedad.[4]
[1] Ornat Clemente, Raquel (2004) De
indios desprestigiados al orgullo de ser indígena, 100% costarricense: un
análisis etnohistórico de una región huetar del valle central de Costa Rica In:
Fifth Central American Anthropology Congress, (URACCAN), Managua.2004.
[2] Idem.
[3]
http://cuasran.blogspot.com/2007/07/el-chamanismo.html
[4] Idem.
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