miércoles, 2 de enero de 2019

Fase Curridabat (300 d.C a 800 d.C.)

Esta fase se caracteriza por un aumento de la población y el tamaño de los asentamientos y con la consolidación de la producción de alimentos y las sociedades se vuelven más complejas, lo cual se refleja en la cultura material y por ende son el resultado de cambios en las esferas de la economía, sociedad y cultura.

Se intensificaron las relaciones inter sitios y empezaron a crearse las aldeas nucleadas, los sitios poseían basamentos circulares delimitados con cantos rodados.

La cerámica se distingue por pastas arenosas, decoración incisa y aplicaciones de pastillaje, con motivos del lagarto en vasijas trípodes y el tamaño de los asentamientos principales es decir se dio una mayor centralización de las poblaciones en esta fase los asentamientos se ubican cerca de los ríos en esta región predominan los enterramientos en fosas ovaladas sin paredes de  piedra y en pocos casos con piedras marcadores referencia (Corrales 2001 Murillo 2009).

En algunos casos se determinó que las viviendas eran construidas con piso de arcilla quemada y los fogones con el  mismo material, así como las paredes de Caña cubiertas de arcilla quemada.

El patrón funerario consiste en montículos funerarios cubiertos de piedra y también ubicados en estructuras dentro de las viviendas. (Corrales 2001, Murillo 2009). Así mismo se estableció que el maíz fue el principal medio de subsistencia en complemento con otras prácticas de culturas como la caza y la pesca.

Con respecto a la Fase Curridabat (300 – 800 d.C.), se tiene evidencia de rasgos arquitectónicos en el sitio La Fábrica (A-10 LF) y cementerios marcados con cantos rodados en los sitios CENADA (H-26 CN), Finca Mayorga (H-53 FM), El Rincón (A-11 ER), La Itaba (SJ-79 LI), La Asunción (H-102 LA), La Rivera (H-33 LR), entre otros (Vázquez et. al. 1993).

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