lunes, 28 de enero de 2019

Los huetares en Belén 2


Se presume que los primeros habitantes de nuestro cantón medían cerca de 1,50 metros y no tenían animales de carga, es posible que domesticaran algún tipo de animal como complemento alimenticio.

Eran agricultores y tenían cerca de sus casas los cultivos, que principalmente eran de maíz y frijoles y elaboraban instrumentos de arcilla o cerámica para almacenar cosas o agua, entre otros, tales como tazones, tinajas, vasijas, algunos eran pintados, y otros con formas de animales, predominando el lagarto, así como la piedra para confeccionar hachas y manos de moler.

Ante los hallazgos de gran cantidad de cerámica similar a la de Guanacaste, los investigadores presumen que tenían en el truque una modalidad de intercambio con otras regiones y tribus y aparentemente mantenían tradiciones huetares como la artesanía, la bebida de chicha y la costumbre de hablarles a los animales y el seguimiento del cuarto menguante para sembrar.

Tenían conocimientos de las plantas medicinales; el empleo de ciertos utensilios como la piedra de moler, trampas de caza y comidas, como el chicasquil; la chicha; y la artesanía en fibra vegetal.

En lo religioso la figura del Chaman fue una figura muy importante, dadas sus características en el cuido del alma, la enfermedad y la muerte y rendían culto al Sol y a la Luna, para lo cual, construían altares y montículos de piedra.

domingo, 27 de enero de 2019

Los huetares en Belén 1


El Cantón de Belén fue habitado por el grupo indígena Huetar perteneciente al reino del Cacique Garabito y que para los estudios correspondientes se le ubica en  la región arqueológica central.

Quienes habitaron esta zona se ubicaron cerca del Río Segundo y lo hicieron en entre los años 700 d. C. y 1.200 d. C. Se presume que vivían en palenques, donde se acomodaban padres, hijos, abuelos y tíos y la distribución del espacio sin confirmar, aparentemente estaba regida por un jefe.

Se considera que ubicaban las casas alrededor de una plaza, organizados cada 200 metros aproximadamente, conforme al patrón localizado en los terrenos de Intel.


sábado, 12 de enero de 2019

Sitio La Asunción (H-102 LA)[1]


Este sitio se caracterizó por presentar unos rasgos culturales muy similares a los registrados en los sitios La Rivera, Cenada y Cariari, por lo que se presume de una ocupación intensiva y un sitio multicomponente dado que los  estudios determinaron objetos que abarcan desde la Fases Pavas, Curridabat y que alcanzó su mayor desarrollo en la fase Cartago.

Tumba hallada en el Sitio la Asunción
Se hallaron pisos de arcilla, tumbas de botella y tumbas marcadas con pequeños túmulos de cantos de río, pozos de almacenamiento, basureros  característicos de la Fase Pavas, lo que hace presumir que en dicho territorio existió una cantidad importante de población e intensivo uso del suelo en actividades agrícolas. Aunque también se también observaron materiales cerámicos que corresponden a las fases Curridabat y Cartago. 

Tal y como se indicó existen otros sitios que han sido objeto de estudio, los cuales pese a brindar alguna luz respecto de nuestra historia, no son tan relevantes en información como si lo han sido la Ribera y La Asunción.

Manos de moler


Cabeza de flecha



[1] Informe evaluación arqueológica Sitio La Asunción H-102 LA, Tatiana Hidalgo, dic. 2004

jueves, 10 de enero de 2019

Hallazgos en Intel


De la evaluación arqueológica que realizó el Museo Nacional en la zona de Intel[i], se reveló la existencia de restos precolombinos, que demuestran ocupaciones a lo largo de 3.000 años y que se trató de una zona habitacional ubicada en la región arqueológica central, la cual fue habitada por el  grupo indígena huetar , estimandose que la ocupación más intensa se dio entre el año 700 d.C. hasta el 1.200 d.C.

En dicho sitio se recuperaron 31 artefactos completos y gran cantidad de piezas sueltas. Una de las vasijas posee pintura de varios tonos (policromada) y es típica de la región de Guanacaste, lo cual hace pensar a los arqueólogos que existió un fuerte intercambio entre esas dos zonas.

También se ubicaron restos de ocho viviendas que presentaban formas cuadrangulares y circulares, y dentro tenían áreas para tumbas. Así como cuatro cementerios. 100 tumbas con objetos, de los cuales 826 objetos estaban completos o semicompletos y 300 cajas con fragmentos de vasijas, semillas, piedras, carbón y tierra.

Al respecto se plantean dos hipótesis a raíz de esos hallazgos: una, que se dejaban alimentos en las tumbas para el viaje al más allá; la otra, que se seguía un patrón definido de construcción.

Fotos Departamento de Antropología e Historia Museo Nacional



[i] Fuente: Ifigenia Quintanilla. Jefa del Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional. [i] ttp://wvw.nacion.com/viva/1998/febrero/02/portada.html


Sitio Arqueológico La Ribera (H-33 LR

Fuente: Fotografías Dirección de Patrimonio, Museo Nacional
La Ribera fue un sitio habitacional de unas 20 hectáreas descubierto en Belén con ocasión de la instalación de Intel, destacándose por ser una aldea que fue ocupada en la transición entre los períodos V y VI, según estudios de la cerámica y dos determinaciones radiocarbono fechadas en el rango de entre 800 y 1200 d.C. (Valerio y León 2001).

EL arqueólogo Felipe Sol en su investigación arqueológica para la ampliación del Hotel Marriot en 1998, nos indica que en las investigaciones realizadas en el sitio La Ribera se comprobó la existencia de un asentamiento humano de gran desarrollo socio económico desde el año 800 D:C.

Señala además, que dicho sitio estaba constituido por un conjunto de viviendas circulares y rectangulares con una pequeña plaza posiblemente para actividades comunales, además de área funerarias dentro y fuera de las unidades habitacionales.

Así mismo que se obtuvieron evidencia de un importante desarrollo de agricultura, la producción de textiles y redes comerciales. Y da cuenta de que pese a que algunas de las excavaciones resultaron alteradas, se descubrieron cuatro enterramientos con un total de 25 objetos.

Destaca además, que en las cercanías de la Tabacalera Costarricense, como una zona de mayor evidencia cultural, evidenciándose dos estructuras arquitectónicas construidas con piedras de río y la excavación en dos sectores funerarios separados de la estructura con 50 enterramientos y gran cantidad de artefactos, entre los que destacan alfarería de Guanacaste.

Con los trabajos realizados por (Artavia y Ovares en el 98), dieron pie a una área de investigación arqueológica importante por la Gallito, que posteriores investigaciones en el 2000 y 2001, por (Valerio y Artavia), revelaron un importante deposito arqueológico de probable patrón asociación habitacional, que remite a micro patrón de asentamiento característico de la zona.

 Fuente: Fotografías Dirección de Patrimonio, Museo Nacional

sábado, 5 de enero de 2019

Sitios estudiados en Belén


Actualmente el Departamento de Patrimonio del Museo Nacional, tiene registros de los diferentes sitios del Cantón que han sido objeto de estudio, contándose con documentos a partir de los años 70´s y cuyo listado que se contempla en el inventario del Patrimonio Cultural del Belén realizado entre el 2004 y 2005, nos muestra la siguiente tabla de sitios objeto de estudio en Belén[1]

Nombre del sitio  
Ubicación
La Asunción
La Asunción
La Ribera
La Ribera
Doña Lela
La Asunción
El Alto
La Ribera
Doña Elia y don Chanel
La Ribera
La Botijuela
La Ribera
San Vicente
San Antonio
El Muro
La Ribera
EL Puente
La Asunción
Vereda del Río
San Antonio
Puerta de Alcalá
La Asunción
Los Zamora
San Antonio
Alto de Montealegre
La Asunción
Bonanza
La Asunción
Ana Isabel
La Asunción
Bonanza
San Antonio
Cariari
La Asunción
Gallo de Oro
La Ribera
Calderón Quiros
La Ribera



Mapa de sitios estudiados en Belén

A la fecha, los sitios investigados de mayor importancia en nuestro cantón, son los denominados la Ribera (H-33 LR) y La Asunción (H-102 LA) e incluso algunos afirman que ambos forman parte del asentamiento humano más importante en el Valle Central y que comprende el este de Belén y hasta Cenada (H 26 CENADA). 


[1] Inventario de Patrimonio Cultural del Cantón de Belén 2004 – 2005 Municipalidad de Belén/Base datos Unificada de sitios Arqueológicos de Costa Rica del Museo Nacional.

Hallazgos en nuestro cantón

En el cantón de Belén, como bien lo describió Pablo Bulgarelli [1] “se  encontraron  ciudades que se ocultan bajo el polvo que pisamos” y es que son muchas las evidencias que se han localizado, surgidas de mover la tierra para dar paso a las grandes construcciones industriales que se asentaron en nuestro cantón y que hoy día nos dan una luz, de cómo éramos, que comíamos y como vivíamos, entre otros elementos a considerar.

Con la construcción de las plantas de INTEL en la Ribera de Belén, al parecer surgió el sitio que mayor enseñanza, respecto de lo que fueron nuestros antepasados y que luego de muchos meses de trabajo y una treintena de personas involucradas, se estudiaron aproximadamente 4.000 metros cuadrados.

Javier Artavia, arqueólogo jefe del proyecto nos relata que: “se  encontraron gran cantidad de evidencia y restos de unos 3.000 años de antigüedad, lográndose excavar los restos de ocho viviendas que presentaban formas cuadrangulares y circulares, y dentro tenían áreas para tumbas. Además, se encontraron otros cuatro cementerios"[2], dejando al descubierto hallazgos importantes que posibilitan aún más conocer acerca de quienes habitaron estas tierras mucho antes de la llegada de los españoles.

En dicho estudio se encontraron con restos asociados a 100 tumbas con objetos que,
según los arqueólogos, fueron ofrendas, trozos de huesos, 826 objetos completos o semicompletos y la obtención de 300 cajas con fragmentos de vasijas, semillas, piedras, carbón y tierra, en tumbas halladas a un metro de profundidad, mientras que los cimientos de las viviendas estaban a 40 centímetros bajo la superficie, lo cual indica que datan de unos 1.000 años de antigüedad.[3], arrojado datos relevantes acerca de la existencia de asentamientos importantes en esta parte del Valle Central y de nuestro cantón.  




[1] Pablo Bulgarelli, Redactor de La Nación   http://wvw.nacion.com/viva/1998/febrero/02/portada.html

[2] Idem.

[3] Idem.

viernes, 4 de enero de 2019

Los huetares actuales


En la actualidad existen algunos territorios indígenas descendientes de los huetares en Quitirrisí de Mora y Zapatón en Puriscal que como grupos sociales han tratado de autoafirmarse como indígena y apelando  a la legislación que los refiera e incluso se rigen por la normativa de territorios indígenas[1].
Quitirrisí de Mora

 
http://wvw.aldia.cr/ad_ee/2010/octubre/19/nacionales2557822.html

http://wvw.aldia.cr/ad_ee/2010/octubre/19/nacionales2557822.html

http://wvw.aldia.cr/ad_ee/2010/octubre/19/nacionales2557822.html




[1] Ley Indígena 6172 de 1977.                                                                             

Los huetares 3


Los huetares vivían en ranchos rectangulares construidos  de hojas de caña, forrados de bambú, guarumo o  barro; disfrutaban de una dieta realizada a base de arroz, papas, yuca, carne, maíz y frijoles; tejían sombreros de pita, petates de tule, canastas de bejuco cucharilla; teñían las fibras con yuquilla y achotillo; al igual que vestían vestidos de manta y respetaban el llevar algo rojo como símbolo de suerte.[1].

Así mismo, poseían un conocimiento intenso de las plantas medicinales; el empleo de ciertos utensilios como la piedra de moler, trampas de caza y comidas, como el chicasquil; la chicha; y la artesanía en fibra vegetal.[2]

En lo religioso la figura del Chaman fue una figura muy importante, dadas sus características en el cuido del alma, la enfermedad y la muerte. 

Consideraban la enfermedad como la equivalencia a la ausencia del alma; perdida o retenida en el mundo de los difuntos, pero que no les ha llegado la hora de partir.[3], y su papel es el de servir de acompañante en el descenso a la ultratumba, pero al tiempo desempeña el oficio de curandero en beneficio de los contactos que mantiene con el hecho de la enfermedad.[4]




[1] Ornat Clemente, Raquel (2004) De indios desprestigiados al orgullo de ser indígena, 100% costarricense: un análisis etnohistórico de una región huetar del valle central de Costa Rica In: Fifth Central American Anthropology Congress, (URACCAN), Managua.2004.
[2] Idem.
[3] http://cuasran.blogspot.com/2007/07/el-chamanismo.html
[4] Idem.


Los huetares 2


En cuanto a la música, los huetares utilizaron sonajeros, silbatos y ocarinas, y tambores, algunos con formas de animales. Los tambores se confeccionaban con piel de iguana o chancho de monte. Las ocarinas eran de piedra y de diferentes tamaños.[1]

Se sabe por fuentes coloniales que los huetares practicaban tres tipos de bailes en diferentes ocasiones como: a) bailes donde participaban muchas personas, con coros y se hacían representaciones dramáticas. b) bailes celebrados antes de ir al combate, como los que se realizaban para ir a luchar contra los Quepos, con quienes siempre estaban en guerra. C) bailes para ceremonias religiosas. (Quesada Pacheco, 1996)[2]

Las la artesanía, la bebida como la chicha y la costumbre de hablarles a los animales y el seguimiento del cuarto menguante para sembrar. [3],  son algunas de las tradiciones huetares.

El uso de la cerámica era parte de la vida cotidiana huetar, tanto en tazones, tinajas, vasijas, algunos eran pintados, y otros tenían formas de animales, donde predominaba el lagarto. Así mismo trabajaron la piedra para confeccionar hachas, metates y manos de moler. [4]



[1] Quesada Pacheco, Miguel Ángel (1996) Los Huetares: historia, lengua, etnografía y tradición oral. Costa Rica. Editorial tecnológica de Costa Rica.
[2] Ídem
[3] Ornat Clemente, Raquel (2004) De indios desprestigiados al orgullo de ser indígena, 100% costarricense: un análisis etnohistórico de una región huetar del valle central de Costa Rica In: Fifth Central American Anthropology Congress, (URACCAN), Managua.2004.
[4] Ídem

jueves, 3 de enero de 2019

Los huetares 1


Los huetares fue considerada la nación indígena más organizada y poderosa que habitaba a mediados del siglo XVI el centro de Costa Rica y su territorio se extendía desde la costa del Pacifico hasta la vertiente del Atlántico, destacándose el reino del Cacique Garabito, situado en la Vertiente del Pacífico Central y la cuenca del río Grande de Tárcoles, hasta el río Virilla y la Cordillera Volcánica Central”.[1]

Se les ubicaba con mayor predominio en el Valle Central y se les consideraba muy poderosos económicamente, política y militar.[2] y tenían el huetar como su lengua.  La autoridad radicaba en la figura del cacique que obtenían de forma hereditaria y matriarcal.

La organización social estaba conformada en tres grupos: la clase alta, conformada por el cacique y su familia, así como por los sacerdotes y los chamanes o médicos hechiceros, la clase media constituida por el pueblo, y los esclavos, quienes ocupaban el estrato más bajo de la sociedad.[3]

Los huetares rendían culto al Sol y a la Luna y para tal fin, construían altares y montículos de piedra. Además, veneraban los huesos de sus antepasados y enterraban los restos del difunto junto con diversos objetos que en vida le pertenecían y sus esclavos, sacrificados por tal motivo, pues se pretendía que les fueran de utilidad en la otra vida.[4]


[1] (CATIE), Costa Rica, 2014. Cambio climático y bosques: promoviendo la participación del pueblo huetar
[2] Revista de Antropología del Museo Nacional de Costa Rica, IBARRA, E. 2015. Actualización del mapa cacicazgos indígenas en el siglo XVI: de 1990 a 2014. Vínculos  36(2013):1-10
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Huetares
[4]  Ídem

Barners Tras las Huellas del Pasado